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Donosti 2019 (II)

La poética de lo cotidiano 

La opera prima de la directora Belen Funes ha sido una de las gratas sorpresas del festival. Su película La hija de un ladrón (Sección Oficial) sigue a Sara (inspirada en el anterior corto de la directora Sara a la fuga), que intenta encontrar trabajo para ganarse la vida con su bebé, y que vive en una casa de acogida. Greta Fernandez es Sara, y es la hija de un ladrón interpretado por Eduard Fernández, su padre en la vida real, y tiene el gran acierto de ser un personaje muy secundario pero con unas escenas significativas : ese “es bueno tener hijos, así no te mueres solo”, esos encuentros en los que además, solo necesita de la profunda mirada de su magnífica actriz para transmitir desamparo y ese profundo miedo que tiene, claro,  a la soledad. Sin maniqueísmos a lo Loach (detalles más sutiles que éste, como la escena del vino que vacía en el fregadero), y con apuntes de ternura y dosis de esperanza, la sensibilidad de la directora convierte la cinta en algo emocionante y a tener en cuenta.

Una de las feel good movies de la edición fue Rocks (Sección Oficial) de Sarah Gavron, donde se traza el periplo de una chica con su hermano pequeño, cuya madre los ha abandonado, para que no acaben los dos separados por servicios sociales. Sin aceptar al principio la ayuda de nadie, y luchando contra las circunstancias, su resistencia y la camaradería con sus amigas adolescentes del instituto se convertirán en fuerzas motrices para la protagonista, como únicas certezas para salir adelante. Sin escatimar realidades dramáticas pero evitando sermones, Gavron ofrece un sensible retrato de una realidad social con una digna protagonista.

La poética buscada por José Luis Torres Leiva en un título tan clarificador como Vendrá la muerte y tendrá tus ojos (Sección Oficial) puede atraer por las formas de su propuesta, o más bien todo lo contrario. Al narrar el viaje de una pareja de mujeres por la enfermedad terminal de una de ellas, lo hace de forma en que los rostros son los protagonistas, también como no podía ser de otra manera, pero incluso con tres distintas intrahistorias (una dude corte algo fantástico, otra que recuerda a El desconocido del lago, y la que cierra la película), no acaba de oxigenar un trayecto que debería ser emocional pero que acaba resultando tedioso.

La estimulante AzulOscuroCasiNegro puso sobre el mapa a Daniel Sanchez Arévalo, el director de Diecisiete (Sección Oficial, fuera de concurso), que después se aficionó a las feel good movies con mayor o menor fortuna. La comodidad de dominar recursos muy vistos y previsibles es lo que define esta nueva entrega del director, y se evidencia  en demasía lo que no son más que trucos (no uno, sino DOS perros, uno con tres patas; una abuela terminal, una caravana hacia el autodescubrimiento y la redención… en fin), con los diálogos de réplicas marca de la casa y una ternura que no funciona en dos actores esforzados pero sin garra. Pereza.

El protagonista de Patrick (Sección Oficial) es reconocido en una comisaría, cuando ha sido detenido, como un niño que había sido secuestrado y fue víctima de abusos sexuales. Sin explicar mucho estos hechos, la película se centra en narrar la vuelta a casa de quien se ha convertido en un abusador, en un entorno para él irreconocible. Pero las heridas que arrastra o su proceso interior se hacen inaccesibles tanto por la falta de expresión de su actor principal, como la apuesta formal basada en fríos, sosos, eternos y silenciosos planos, hasta que se  decide provocar al espectador con un estallido de violencia en fuera de campo. Tediosa hasta la extenuación.

A medida que avanza, Les misèrables (Perlas) pierde el brío con el que retrata la vida en las calles marginales de los diferentes estratos que la pueblan, de los policías a las mafias locales y los niños de los barrios, con interesantes medios: aquí, las imágenes de un dron no como recurso estético sino como importantísima parte de la trama, proporciona a su vez una cierta distancia que, lamentablemente, se pierde en su tercio final. Es entonces cuando la película se abre paso al efectismo, forzando el tercio final con escenas como la del niño en la jaula del león, y justificar un supuesto increscendo que en su último tramo se ha saltado varios pasos. Con todo, una primera parte más que interesante.

Basado en hechos ¿reales?

El retrato de Seberg (Perlas) adolece de todos los tics de biopic que se nos puedan ocurrir, incluidos los créditos finales con el “qué pasó con ella” sobre el rostro de Stewart, y que acaban convirtiéndola en poco más que un culebrón. Lo que podía ser un buen estudio de su persona, en la época en que estuvo hostigada por el FBI por sus conexiones con el movimiento por los derechos civiles, se centra en los líos de faldas y a ratos incluso parece más preocupada en que Kristen Stewart luzca los modelos en esos largos paseos por la casa con piscina, o en esos primeros planos que buscan la recreación más por mimética que por darle una profundidad a su personaje, consiguiendo que los personajes secundarios, algunos interesantes (el de Mackie o el de O’Connell) tengan tan poco espacio que estén dibujados a brochazos.

La emoción llegó al Festival de la mano de Aretha Franklin y Sidney Pollack. Amazing Grace (Perlas) es el documento sobre el concierto gospel que la cantante ofreció en 1972 durante dos días en la parroquia en la que creció y aprendió a cantar de niña, y cuya grabación se convirtió en el álbum de gospel más vendido de la historia. La emotividad, tanto desde el escenario (con esos primeros planos del rostro de Franklin) como desde el público o incluso el coro (en ocasiones superado por la emoción), transpira en cada uno de los fotogramas haciendo que el documento sea mucho más que un simple concierto grabado. La captura de un momento de espiritualidad única, el estudio de un momento singular preservado en el tiempo. Una joya.

Después de su Palma de Oro en Cannes con Shoplifters, Hirokazu Kore-eda presentó en el mismo festival su último film La vérité (Perlas), un trabajo cumplidor y que despierta simpatías por la dualidad realidad-ficción de unos actores que conocemos y que puede parecer que prácticamente se interpretan a sí mismos, en un guion repleto de referencias cinéfilas. Los limites de lo verdadero y lo inventado se difuminan como las percepciones de los recuerdos que tienen sus protagonistas, en donde no existe una sola verdad: pero aunque sea en un entorno y país distinto, la ternura de un Kore-eda que sigue fiel a sí mismo, al tratar las relaciones entre los personajes sigue estando ahí. Quizá con el único peligro de tener a una Catherine Deneuve en pleno recital que casi se come la película.

Se ha comparado mucho The Laundromat (Perlas) de Stephen Sodebergh a aquella La gran apuesta de Adam McKay, por explicar la enrevesada trama de la estafa que dio lugar a una crisis global. Sin embargo, en lo que era un insufrible ejercicio de petulancia con cámara en mano, repleta de zooms y desenfoques, con incrustación de celebrities rompiendo la cuarta pared para explicar determinados conceptos, lo único que se sacaba era un dolor de cabeza. En el pulso de Sodebergh, ésta (como obras anteriores suyas como la saga Ocean’s o  Logan Lucky) termina siendo una divertida propuesta, abrazando el artificio y la sátira, y que al menos, aunque igual de olvidable, resulta bastante más entretenido y mucho menos pedante.

Un didáctico pero nada imparcial relato de la crisis griega, Comportarse como adultos (Perlas) se basa en las memorias de un Yanis Varoufakis, cuya figura se exalta hasta erigirse en superhéroe sin capa (ni abuela). Un ser de luz altruista, inteligente y comprometido, que se enfrenta él solo a la inhumanidad del FMI y BCE, y que acaba vendido por los suyos. A pesar de tratar un conflicto socio-económico de esta envergadura, se hace entretenida debido al pulso de Costa-Gavras en una mezcla de thriller y documental, y dentro de su simplismo (una vez olvidada la esperanza de obtener un análisis mínimamente profundo de las relaciones de poder), la sorpresa llega hacia el final, con la coreografía del baile de Tsipras con Europa. Teatro del bueno. 

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